Áncash: ¿nos merecemos estos gobernantes?

Domingo, 16 Abril 2017 - 2:30pm

Huaraz en Línea.-Reza un viejo dicho, el que siempre repetía mi abuela: “cada quien tiene lo que se merece?; y haciendo memoria entre lo que viene siendo la historia política y social de hace unos 25 años a la fecha, nos preguntamos de manera constante si es que nuestra región, Áncash, merece tener los gobiernos corruptos y nefastos que han quebrado toda la estructura económica, social y moral de nuestro pueblo.

Áncash, siendo una de las regiones más ricas del país, realmente se ha quedado aletargada en un retraso que hiere, y nos lacera el hecho de saber que somos la última región en cumplir con las metas de inversión que exige el Ministerio de Economía y Finanzas (MEF), somos la última región en cumplir con las exigencias en gasto del presupuesto público; empero, somos probablemente la primera región en tener los índices más altos de corrupción de sus autoridades.

Áncash se encuentra¬- desde hace una década- bajo el escrutinio público por casos puntuales como “La Centralita”, que involucra al encarcelado expresidente regional César Álvarez Aguilar (Dos periodos 2007- 2014); probablemente el caso más descarado y aberrante de corrupción en la historia política de nuestra región.

El sentenciado Waldo Ríos Salcedo (periodo 2015-2018), suspendido por el JNE al encontrarse con  5 años de prisión efectiva por el delito de colusión desleal, se le atribuyen hechos de corrupción como “el caso donantes” y “nombramientos ilegales de funcionarios”, entre los más saltantes, pero se sabe que al propio estilo “comando”, este funcionario regional venía tejiendo toda una red corrupta a su alrededor.
 

Ríos Salcedo, cabe destacar, no concluyó su mandato y fue reemplazado por Enrique Vargas Barnechea, su accesitario; sin embargo, cuando no terminamos de reponernos de la conmoción por la detención y encarcelamiento de Waldo, nos cayó como baldazo de agua fría la sentencia a Enrique Vargas, quien en su suerte de nuevo gobernador trató de ajustarse a las circunstancias y durante estos seis meses desempeñó una gestión muy pobre y también cuestionada.

Reza otro refrán: “Dios los cría y ellos se juntan”…esto pareciera calzar como “zapato guante” en  Áncash. Cómo es posible que en más de una década los ancashinos hemos sido tan irresponsables al elegir a nuestras autoridades regionales y hemos tropezado tres veces con la misma piedra.

Y es que  realmente si hablamos de la línea política u orgánica de los movimientos que llevaron a César Álvarez, Waldo Ríos y Enrique Vargas al poder, veremos que existe un común denominador: informalidad y populismo.

Populismo, informalidad, corrupción, sobornos, manipulación de medios, hipoteca de conciencias…los bastiones de toda una bien montada red corrupta que quebró a Áncash; que la ha sumido en la pobreza, que la ha llevado a los niveles más altos de desnutrición infantil y precisamente en zonas tan ricas por el auge minero como el distrito de San Marcos (Huari), donde un alcalde se atrevió a construir un estadio de más de dos millones de soles, mientras que en la zona altoandina de la provincia los niños morían por las heladas y el acceso a su ciudad era casi imposible, debido a la falta de adecuadas carreteras.

En Peruenlínea.org, la plataforma de comunicación digital que agrupa a siete medios de comunicación, entre ellos en la región Áncash a Huarazenlinea.com, estamos absolutamente seguros de no merecernos a estas autoridades corruptas; no nos merecemos vivir en este retroceso constante; en esta complicidad de funcionarios públicos; en esta mala praxis del dejar hacer dejar pasar.

Creemos que Áncash merece mucho más. Merece ser una región próspera; merece  tener a sus ciudades importantes como Chimbote, Casma, Huaraz, Caraz, Huarmey, Carhuaz, Yungay, y todos sus bellos poblados de la Cordillera Blanca, en crecimiento constante, formando parte del calendario del Turismo Nacional, porque recursos hay, dinero hay; lo que nos hace falta es un verdadero liderazgo; un verdadero líder comprometido con nuestro pueblo, un caudillo real que no se deje conducir sólo por intereses personales; sino que pueda ver más allá de su entorno cercano.

Cuando tengamos este liderazgo genuino, cuando los propios ancashinos hayamos cambiado de mentalidad y comprendamos que no nos merecemos a los presidentes o gobernadores regionales que hemos tenido; a los alcaldes enjuiciados o encarcelados. Que no debemos admitir candidatos ineptos, a medias, corruptos;  los que al sentirse incapaces de ganar un voto por mérito propio, lo hacen con “donaciones” o dádivas al electorado, comprando voluntades.

Cuando ya no elijamos a parlamentarios que no nos enorgullecen y más bien nos avergüenzan, con los cuales no nos sentimos representados en el Congreso de la República… Es entonces que Áncash realmente empezará a tener lo que se merece. 

Mónica Gismondi Chauca
Comunicadora social

 

 

 

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