Huaraz en Línea. - Las marchas, bloqueos de carreteras y violencia que buscan la destitución o renuncia de Dina Boluarte no han cesado desde que inició el año. Hoy, el país presenta una de las crisis económicas más fuertes en el sector empresarial que afectaría financieramente más que la pandemia, lo que ha conlleva a que muchos empresarios busquen reprogramar sus deudas.
Alrededor de 670 millones de soles en pérdidas se han registrado en el sector empresarial, principalmente en las ciudades de Cusco, Madre de Dios y Puno, las más afectadas, donde empresarios se han visto obligados a cerrar sus tiendas y otros se encuentran en riesgo de hacerlo y, con ello, dejar a miles de trabajadores sin empleo por falta de capital.
“La inflación se ha incrementado y las pérdidas son muy elevadas, lo que en economía se conoce como costo de oportunidad. Aparte de las pérdidas directas, existe un efecto que se llama ‘externalidades’. Por ejemplo, queman una empresa y esta pierde directamente. Pero el resto de empresas que querían abrir ya no lo harán. Ese miedo no solo se disemina en una empresa grande, sino también en otras medianas y pequeñas”, mencionó el Dr. Jair Alvarado Espinoza, economista y coordinador de la Escuela de Negocios Internacionales de la Universidad César Vallejo (UCV).
Las pérdidas económicas han sido difíciles de cuantificar: reservas turísticas canceladas, minas cerradas y alimentos en descomposición debido a las manifestaciones y bloqueos de transporte que han dejado a miles atrapados en carreteras. Otra de las consecuencias de estos disturbios es el aumento de precios en la canasta básica.
La Asociación de Gremios de la Pequeña Empresa del Perú afirma que las pymes se encuentran en riesgo de quiebra o tendrían que cambiar de sector debido a las manifestaciones. El miedo, intimidación y terror también han afectado a los transportistas y al turismo donde la temporada de enero a marzo significa la época de ingresos más fuerte del año.
El Dr. Juan Vallejos Tafur, coordinador de la Escuela de Contabilidad de la UCV, indica cómo deben programar y manejar sus deudas las medianas y pequeñas empresas que se han visto afectadas por las protestas. “Lo ideal es hacer un flujo de caja sencillo que consta de proyectar los ingresos y gastos operativos y los pagos de las cuotas de los préstamos; realizar una proyección razonable sin ser muy optimista, pero tampoco pesimista, con respecto a los ingresos, con base en lo cual se debería proponer un refinanciamiento con los proveedores o bancos”, detalló el especialista.
Si bien las manifestaciones son producto del olvido de demandas sociales que llevan años en el país, estas se han llevado de manera violenta, poniendo en riesgo la vida y propiedad de muchos ciudadanos, así como del bien estatal. El artículo 315 del Código Penal señala: “El que, en una reunión tumultuaria, atenta contra la integridad física de las personas y/o mediante violencia causa grave daño a la propiedad pública o privada será reprimido por una pena no menor de tres ni mayor de seis años”.
Los especialistas coinciden en que, para llegar a un buen acuerdo y paz social, el Estado tiene que formular políticas que ayuden a acortar las brechas sociales; en caso contrario, esto llevaría a una depresión económica que tardaría mucho tiempo en recuperarse.
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